Para muchos perros, ir al veterinario no es precisamente una experiencia placentera. Temblor, jadeo, intentos de escapar o incluso agresividad leve pueden ser señales de estrés. Sin embargo, con las estrategias correctas, puedes reducir significativamente el miedo o ansiedad que tu perro siente durante estas visitas.
Este artículo te enseñará cómo preparar a tu perro antes, durante y después del veterinario para que las consultas sean más tranquilas y positivas.
¿Por qué los perros se estresan al ir al veterinario?
Los perros pueden asociar el consultorio veterinario con experiencias negativas, como:
- Manipulaciones invasivas (inyecciones, exámenes)
- Olores de otros animales estresados
- Ruidos fuertes (motores, puertas, otros perros)
- Separación del tutor momentánea
- Recuerdos de dolor o incomodidad
Al ser animales de rutina y sensibilidad, el cambio brusco de ambiente también puede generar ansiedad.
Señales de estrés en el perro
Antes de actuar, es importante reconocer los síntomas:
- Temblor o rigidez corporal
- Babeo excesivo
- Intentos de esconderse o escapar
- Ladridos constantes
- Orejas hacia atrás y cola baja
- Negarse a entrar en la clínica
Algunos perros pueden llegar a orinar, defecar o vomitar por el nivel de estrés.
Cómo preparar a tu perro antes de la consulta
1. Asocia el transporte con algo positivo
Si tu perro solo sube al coche para ir al veterinario, lo asociará con algo negativo.
Haz esto:
- Llévalo en coche a otros lugares agradables (parque, paseo)
- Recompénsalo cada vez que entre al auto
- Mantén el trayecto corto, sin sobresaltos
2. Practica “visitas falsas”
Pide a la clínica si puedes llevarlo solo a sentarse en la sala de espera unos minutos, sin que lo atiendan.
- Deja que huela el ambiente
- Premia con caricias o golosinas
- Sal después de unos minutos
Esto ayuda a reducir la asociación negativa.
3. Maneja su energía
Antes de la consulta:
- Sácalo a caminar
- Juega con él
- Estimula su olfato
Un perro que ha liberado energía física y mental estará más relajado.
4. Usa feromonas o suplementos calmantes
Existen difusores, collares o sprays con feromonas que ayudan a calmar. También hay suplementos naturales (consultar con veterinario) para perros muy sensibles.
Durante la consulta
1. Mantén la calma
Tu perro siente tu estado emocional. Si tú estás nervioso, él lo notará.
- Habla en voz baja
- No lo regañes por tener miedo
- Mantente firme pero afectuoso
2. Lleva sus juguetes o manta
Un objeto familiar puede reconfortarlo. También puedes llevar una golosina favorita para distraerlo.
3. Quédate cerca
Siempre que sea posible, permanece junto a él durante el examen. Tu presencia le da seguridad.
Si lo levantan a la mesa, coloca tu mano sobre su lomo o pecho suavemente.
4. Recompénsalo después
Así como un niño recibe un premio después del dentista, tu perro también lo merece:
- Dale una golosina
- Llévalo a dar un paseo corto
- Habla con cariño
Esto fortalece la asociación positiva.
Qué hacer si el estrés es muy alto
Algunos perros tienen miedo extremo. En esos casos:
- Habla con el veterinario antes de la consulta
- Considera sedación ligera bajo supervisión profesional
- Evalúa un adiestramiento de desensibilización
- Cambia de clínica si el ambiente es muy hostil
Algunas clínicas están adaptadas como “vet friendly”, con espacios tranquilos y sin esperas prolongadas.
Visitas más frecuentes = menos miedo
Ir al veterinario solo cuando hay un problema refuerza la percepción negativa.
Haz visitas periódicas para:
- Revisión general
- Control de peso
- Limpieza de oídos o corte de uñas
Esto normaliza el lugar y ayuda a reducir la ansiedad.
Ir al veterinario no debe ser una experiencia traumática. Puede ser solo una parte más de la vida del perro si se prepara con respeto y amor.
Tú eres su guía y su seguridad. Cuanto más positivo sea el proceso, más fácil será para ambos cuidar de su salud.